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Mucha gente atribuye este fenómeno extraño a una fuerza llamada centrífuga (direción radial, hacia fuera). Es cuerioso porque esta fuerza no existe. Mucha gente se imagina el agua saliendo por los agujeros de una centrifugadora en dirección perpendicular al movimiento de los orificios, debido a esa misma fuerza.

Los que somos aficionados a las motos, hemos observado, más de una vez, que cuando el motorista pierde el control de misma y cae, la moto sigue una trayectoria tangente (recta) a la curva que pretendía tomar.

Cuando vamos en la parte centro-posterior de un vehículo y éste toma una curva, nos parece que nuestro cuerpo intenta salirse por la puerta pero lo que ocurre es que la puerta se viene hacia nosotros. El asiento tira de nuestro "trasero - culo" hacia el interior de la curva y nuestro centro de masa pretende seguir en linea recta (que es lo natural). Es igual que poner un lápiz de pie sobre una mesa y darle un toque en la parte inferior.

Si hacemos girar una piedra atada a una cuerda y la soltamos en un momento dado, observaremos que la piedra sigue una dirección que forma un ángulo de 90º con el radio.

Si fuera verdad que hay una fuerza centrífuga, ésta anularía a la centrípeta (la que hace cambiar la dirección del cuerpo) y al ser nula la resultante se tendría que mover con un movimiento rectilineo y uniforme, mientras gira   .

Muchas veces pasamos por alto que las leyes de Newton no son válidas en todos los sistemas de referencia. En los no inerciales (aceleración) no. Un cuerpo que gira está sometido a la aceleración centrípeta y por lo tanto las leyes de Newton no funcionan. Para que funcionen podemos asociar al objeto una fuerza ficticia, contraria a la aceleración y de valor M·a. Es, en realidad, una fuerza de inercia.

No es una buena forma de resolver los problemas pues puede confundir al estudiante como hemos comentado anteriormente.

De la misma forma, cuando un coche frena parece que nos empujan hacia al parabrisas pero eso es una percepción. Lo que ocurre es que nuestro cuerpo tiende a seguir con la velocidad que iba y el parabrisas se está deteniendo muy rápidamente. El asiento también, tirando de nuestro culo hacia atrás, mientras nuestro centro de gravedad tiende a seguir hacia delante.  Es como perseguir en bici a otra que va más lenta y que finalmente la golpeas por detrás. Ese en el problema de los coches: que nos estrellamos contra el parabrisas. Para eso se inventó el cinturón de seguridad; mucha gente no entiende su importancia.

En las motos el problema es distinto, al no tener nada delante, salimos "volando" a la velocidad que sufrimos del impacto. En realidad es como tener el parabrisas más lejos. Si tiene la suerte de no chocar con nada, el golpe con el suelo sería parecido a que sufriría si la moto estubiera parada. Toda la energía cinética se convierte en calor por fricción y ninguna en deformarte la cabeza. De todas formas, si conduces motos o bicis, ponte el casco (y abrochado).

Por último, cuando aceleramos en un coche, la consecuencia es que el asiento (respaldo) empuja nuestro cuerpo hacia delante, acelerándonos igual que el vehículo.

Es el respaldo el que nos empuja pero notamos la reacción de ésta, parece que nosotros nos quedamos atrás. Evidentemente, nosotros empujamos al respaldo hacia atrás. Si no fuera fuerte, se partiría.

Estas aceleraciones de empuje son muy importantes en aviones militares y en los STS. Al despegar, los cohetes empujan hacia arriba con una fuerza tal que la presión que ejercen los asientos sobre los astronautas son del orden de 8 o 9 veces la gravedad. Su peso también se multiplica por esas cantidades. Deben de ir tumbados para que la sangre no se les vaya hacia los pies y deje al cerebro sin ella.

Imaginemos que viajamos en un tren que acelera, a,  hacia la derecha. En el centro de un vagón colocamos una pelota en reposo y que no roza con el suelo. ¿Qué le ocurrirá? ¿Qué se observará?.

Un observador que vaya dentro del vagón verá cómo la bola se va hacia la izquierda, acelerando a, como si tuviera una fuerza en esa dirección de valor M·a. El problema es que él no ve a nadie empujándola en esa dirección.

Si la bola estuviera colgada del techo por un hilo, podríamos saber la aceleración midiendo el ángulo de separación del hilo con la vertical.

Un observador que estuviera en la estación, vería cómo la pelota no se mueve y es la pared izquierda del vagón la que acelera hacia ella, chocando finalmente. Esto es lógico ya que al no rozar con el suelo, la pelota, no tiene fuerza neta aplicada y por tanto no cambia su movimiento que era de reposo.